El logotipo de tu empresa es fundamental para tener una imagen corporativa adecuada a los productos o servicios que ofreces.
La importancia de un buen logotipo de empresa es vital, ya que a través de él, tus clientes potenciales lograrán identificar tu marca. Es lo que hará que nos podamos diferenciar de la competencia y lo que nos identificará como empresa.
Cualquier empresa o producto que sale al mercado necesita un logotipo para que sea identificado gráficamente ante sus competidores. El logo de una empresa es el equivalente a la firma de una persona, proporcionando legitimidad e identidad.
¿Cuándo debemos de crear un nuevo logo?
- Para cualquier empresa o producto de nueva creación
- Cuando existe una fusión entre dos empresas
- Cuando nos damos cuenta de que necesitamos un rediseño
¿Sabías que el logotipo está considerado una forma de comunicación verbal?
Para empezar vamos a definir comunicación verbal: Es aquella que se realiza por medio escrito u oral. Cuando una persona necesita expresarse lo comunica por alguno de estos medios y existen otros métodos como señas, gestos, colores, etc. El logotipo es capaz de expresarse por sí mismo y decir lo que quiere de manera gráfica.
Los logotipos se componen de diferentes elementos como son los colores, el tipo de letra y las imágenes que tienen que ir directamente asociados con el tipo de imagen corporativa que queremos dar de nuestra empresa. Tiene que estar en total concordancia con la decoración del establecimiento, la vestimenta de los vendedores y en el caso concreto de la publicidad con el tipo de lenguaje y el tono empleado en los anuncios.
Cuando el usuario ve nuestro logotipo en cualquiera de las formas de publicidad que utiliza la empresa o marca, bien sea por televisión, internet, vallas publicitarias, trípticos, folletos, tarjetas de visita, etc. Lo termina asociando a nuestra marca convirtiéndose de esta forma el símbolo más importante y representativo de nuestro negocio.
En ocasiones puede suceder que ya dispongamos de un logotipo pero nos demos cuenta de que éste haya quedado desfasado y necesite de un rediseño. En este caso lo que conviene es crear un re-styling del mismo. Lo que conseguimos con esto es mantener la esencia del mismo pero adaptándolo a los nuevos tiempos o productos que ofrecemos.
En el peor de los casos podemos encontrarnos en la situación de que ya disponemos de un logotipo pero nos damos cuenta de que no nos gusta nada y no representa para nada nuestro modelo de negocio. En este caso aconsejamos hacer un cambio radical y comenzar de cero.
Muchas empresas, sobre todo las de nueva creación intentan improvisar su logotipo buscando inspiración o modelos a seguir a través de internet. Otros intentan reflejar a papel y boli la idea que tienen en mente. Siempre persiguiendo el mismo objetivo ‘No gastar’ ¿Para qué otro gasto más? Si algún día consigo que esto salga adelante ya invertiré dinero.
Sólo hay un problema, por lo general la mayoría de las empresas que piensan así son precisamente eso: Empresarios, no diseñadores gráficos. Y sí, es cierto, un logotipo es un gasto más que hay que afrontar.